El propósito del Real Madrid en 2020, según Zidane, era mejorar como equipo todas las presentaciones. En Getafe, el primer encuentro del año, deja el sello de un equipo competitivo, solidario y sufridor.

Empieza a ser complicado hacerle un gol al Real Madrid. Es un progreso y un buen capital. Así también se puede ser regular y aspirar a la Liga.

Sigue echando en falta el gol de los delanteros: Vinicius quien falló un gol claro al final del partido y Bale que desperdició la suya. Tampoco puede sacar pecho el Real Madrid porque su portero sea la figura del partido. Es un valor seguro saber que hay un guardameta que es capaz de sostener al equipo cuando está asfixiado. Pero siguen fallando los de arriba, Thibaut Courtois dio los tres primeros puntos (0-3) del año a su equipo en Getafe.

Los dos primeros goles son de Varane, que también habla de las dificultades que padecieron los atacantes (Benzema, Bale e Isco). El tercero lo hizo Modric tras una asistencia de Fede Valverde. El uruguayo es poderoso. Se pueden imaginar lo que tuvieron que padecer los de Zidane.
Los de Bordalás estrangularon a los blancos con sus señas de identidad en los primeros 30 minutos. El Getafe hizo lo que mejor sabe: morder arriba con una presión agobiante, incomodar la salida de la pelota, anular a Modric, Kroos e Isco y desactivar a Bale y Benzema. El Real Madrid sufrió una tortura en el Coliseum. Un castigo físico y psicológico en el que solo había una receta: resistir y sobrevivir hasta encontrar la manera de llegar al área de David Soria.

El guión del partido en la primera media hora fue el de un Getafe que lastimó al Madrid con la presión y la intensidad como bloque y en los balones divididos. Del sofoco se mantuvo en pie con una gran intervención de Courtois (minuto 24) a un potente disparo del uruguayo Mauro Arambarri. No se daba un respiro el Geta. Le hacía la vida imposible a un Madrid impotente. Incapaz de conectar dos pases seguidos y darle fluidez al juego.

Era imposible jugar por las bandas con Carvajal y Bale por la derecha. Ni por la izquierda, únicamente con Ferland Mendy. Los de Zidane aguantaban el dolor de la exigencia física y la tenacidad de un bloque sólido. Bordalás puede presumir de ser un general que alecciona un ejército. Sin que nadie se pueda molestar. Parece un equipo de antidisturbios sobre el césped.
Varane remata ante la salida en falso de David Soaria. (Efe)

Claro está, si al Madrid no le matas, si le dejas vivo, puede tener su ocasión. Es algo habitual en los grandes equipos con jugadores de calidad. Hasta pasada la media hora no había disparado a la portería del Getafe. El Madrid aprovechó su oportunidad en un fallo de David Soria. Colgó un balón Mendy y se lo tragó el portero del Getafe en una precipitada salida de puños. La pelota, entre peinada por Raphael Varane, y el puñetazo al aire de Soria, se coló en la portería. David Soria fue la fragilidad de un equipo rocoso. El Madrid encontró el gol en una acción inesperada. Le dio, por supuesto, vida, confianza y moral. La tiene desde que se reivindicó en el Clásico. Aunque en los últimos partidos estaba reñido con el gol.

La contundencia de Varane
Si el Madrid ya había asumido que le tocaba enfrentarse a un equipo que te lleva al límite y te puede desesperar, no le importó seguir el baile con el marcador a favor. Tenía su gol y la garantía de que Courtois está en su mejor momento. Llegó otro par de veces con peligro el Getafe y el portero belga se lució con dos paradores de esos que demuestran que tiene seguridad y es fiable. Uno a Fajr y otro a Leandro Cabrera. Los de Zidane se empezaron a sentir más cómodos en el sofocante partido que le planteó el Getafe.

El juego del Real Madrid no es reseñable. Ganó por contundencia en las áreas, frente al típico equipo hueso que te obliga a morder el polvo y sin Sergio Ramos (sancionado) ni Fede Valverde (suplente). La contundencia que le dio Courtois y Varane. El central francés marcó un doblete. El primero habrá que dárselo, pese al fallo de Soria, y el segundo lo celebró en frío por los dos minutos que estuvo el VAR revisando el cabezazo a un centro de Kroos. Varane desinfló la bravura del Getafe.

El Real Madrid sacó adelante un partido sin ninguna nota brillante, ausente de creatividad y en el que se reivindicó como un equipo sufridor. Las Ligas se ganan con varios registros y en diferentes campos. En unos puedes tener días donde se impone la calidad y en otros en los que no hay más remedio que bregar. Aquí está el mérito de Zidane. Lleva un tiempo largo en el que no se le derrumba el equipo y, si no consigue imponerse por el talento (sigue lesionado Eden Hazard) ni la inspiracion de Benzema, se pone el mono de trabajo y pica piedra.

Por Ericka

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