Neymar Júnior comenzó su último viaje a Brasil amparado en la Biblia. El jugador, que gana más de 40 millones de euros netos anuales por todos sus servicios al PSG y demás empresas vinculadas a Catar, publicó en Instagram un extracto del capítulo octavo de la carta de Pablo a los Romanos: “Sabemos que Dios actúa en todas las cosas por el bien de aquellos que lo aman, aquellos que han sido llamados según su propósito”.

No hay mal que por bien no venga a la teología de Neymar, que sufrió un esguince de tobillo el 30 de noviembre. Fue la cuarta lesión que le impedía jugar esta temporada y la aprovechó, como en otras oportunidades, para escapar del invierno de París recluyéndose en el hemisferio caliente. Desde entonces, su rosario de publicaciones en Instagram ilustran su vida —o la vida que quiere proyectar—: mesas de póker y salas de baile, sin que falten las muletas y las férulas. Exactamente la clase de imágenes que, combinadas con sus prolongadas ausencias, le han convertido en objeto de repudio en Francia, en donde los medios de comunicación y los aficionados redoblan sus críticas cada año.

La disipación de la estrella ahonda en la tiniebla de su rendimiento desde que fichó por el Paris Saint-Germain en 2017 a cambio de 222 millones de euros, traspaso imbatido en el ránking de los traspasos récords. En las cinco temporadas que se han sucedido Neymar solo ha participado en 130 del total de 245 partidos disputados por el equipo. Apenas el 53%. Una tendencia que se acentúa. En lo que va de curso Neymar se ha perdido el 50% de los partidos del equipo y su promedio de goles y asistencias ha caído bajo mínimos: tres tantos y tres pases de gol en 14 encuentros.

Neymar cumplirá 30 años en febrero. Si su potencia muscular ha alcanzado su pico, la capacidad de recuperación de su organismo parece declinar. Lo señaló este lunes Jérôme Rothen, exjugador del PSG y tertuliano de RMC, la cadena de deportes líder de Francia, indignado ante las prolongadas vacaciones del brasileño. “¿Cómo podemos aceptar eso de un jugador que ha jugado la mitad de los partidos desde el inicio de la temporada y que respecto a otros años marca menos goles y da menos asistencias?”, se preguntó Rothen. “Es menos eficiente, envejece, gana kilos, no lleva un modo de vida adecuado para jugar al fútbol en la elite. Cuando pasas de los 30 años el cuerpo no se recupera igual y si haces tonterías te pones en riesgo en todo”.

Figura representativa de la formidable hinchada del PSG, Rothen expresa un disgusto cada vez más visible entre los seguidores del club más popular de París. Los pitos a Neymar en el Parque de los Príncipes no han cesado desde hace un año, por más que los dueños del PSG, los príncipes de Catar, decidieran renovar el contrato del futbolista hasta 2025.

En su diatriba del lunes, Rothen acusó a Leonardo de Araújo, director deportivo del PSG, de consentir lo inadmisible cuando permitió que Neymar prolongara sus vacaciones navideñas hasta el próximo 9 de enero. Solo entonces el jugador regresará de Brasil para comenzar a entrenarse con sus compañeros en la base de Camp des Loges, el centro de entrenamiento de Saint-Germain en Laye, a las afueras de París.

Los médicos que firman los partes oficiales del PSG indicaron que Neymar tardaría entre seis y ocho semanas en volver a competir, en virtud de los promedios habituales de recuperación. Si el pronóstico acierta, Neymar podría volver a jugar el 15 de enero en Ligue 1, ante el Stade Brestois, exactamente un mes antes de que el PSG reciba al Real Madrid en los octavos de final de la Champions.

Por Ericka

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