El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, propone un intercambio humanitario al mandatario venezolano, Nicolás Maduro. Su oferta contempla la repatriación inmediata de los 252 ciudadanos venezolanos deportados por Estados Unidos y actualmente recluidos en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), ubicado en territorio salvadoreño, a cambio de la liberación de un número idéntico de presos políticos retenidos en cárceles venezolanas.
La reacción de Caracas no se hizo esperar: el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, calificó la iniciativa como «cínica» y acusó a Bukele de mantener «secuestrados» a los migrantes.
La propuesta fue anunciada por Bukele a través de un mensaje en la red social X, donde señaló: «Quiero proponerle un acuerdo humanitario que contemple la repatriación del 100 % de los 252 venezolanos que fueron deportados, a cambio de la liberación y entrega de un número idéntico de los miles de presos políticos que usted mantiene».
En el mismo mensaje, el mandatario salvadoreño sostuvo que, a diferencia del gobierno venezolano, El Salvador no cuenta con presos políticos, y argumentó que los venezolanos bajo custodia fueron detenidos por presunta vinculación con estructuras delictivas como el Tren de Aragua, durante operativos conjuntos con Estados Unidos.
No obstante, informes recientes, como el divulgado por Bloomberg, revelan que alrededor del 90 % de estos migrantes no presentan antecedentes penales en Estados Unidos, lo cual ha suscitado cuestionamientos sobre la legitimidad de su encarcelamiento. Además, organizaciones de derechos humanos han denunciado al Cecot por condiciones extremas de reclusión, limitaciones a la defensa legal, y posibles abusos sistemáticos.
En su mensaje, Bukele individualizó algunos de los presos políticos que deberían ser liberados en Venezuela: Rafael Tudares, yerno del excandidato Edmundo González; el periodista Roland Carreño; la abogada Rocío San Miguel; y Corina Parisca de Machado, madre de la líder opositora María Corina Machado. También mencionó a los dirigentes asilados en la embajada argentina y cerca de 50 detenidos de otras nacionalidades, incluidos ciudadanos europeos, latinoamericanos y de Medio Oriente.
El Fiscal venezolano tacha de «cínica» la propuesta
La reacción del fiscal Saab fue contundente. Acusó a Bukele de haber admitido tácitamente la retención ilegítima de los 252 migrantes y exigió la entrega inmediata de una lista completa con sus nombres, estatus judicial e informes médicos. Saab denunció que el Cecot «ya no es solo un centro de tortura, sino también de desaparición forzada», y comparó las prácticas allí implementadas con métodos represivos del siglo XX. Para el fiscal, Bukele actúa como «traficante de seres humanos» en cooperación con «socios imperiales», aludiendo a Estados Unidos.
EE.UU. intenta deportar a inmigrantes venezolanos a El Salvador bajo ley de 1798 en medio de críticas por violaciones de derechos
Además, el gobierno venezolano anunció que enviará comunicaciones formales a las autoridades judiciales salvadoreñas solicitando explicaciones sobre los procesos legales a los que han sido sometidos los detenidos, su acceso a abogados y su derecho a la comunicación desde el momento de su captura.
En el fondo, esta disputa refleja no solo una pugna entre dos modelos de gobierno, sino también el uso geopolítico del fenómeno migratorio. La detención de migrantes venezolanos en un país con un sistema penitenciario tan controvertido como El Salvador, sumada a una propuesta de canje que incluye presos políticos, ha generado un nuevo episodio de tensiones en América Latina. Mientras Bukele se presenta como un líder implacable contra el crimen organizado, Maduro y su gobierno ven en esta propuesta un intento de presión internacional y una maniobra de desgaste.
La Cancillería salvadoreña anunció que enviará formalmente la propuesta a Caracas en los próximos días, Bukele concluyó su mensaje con una invocación que resuena con carga simbólica en medio del conflicto: «Dios bendiga al pueblo de Venezuela».
