El desplome del lunes pasado de los precios de los futuros del petróleo del West Texas Intermediate (WTI) y Brent, como consecuencia de la crisis de demanda global causada por la pandemia del coronavirus, prendieron las alarmas en varios países latinoamericanos con economías fuertemente dependientes del crudo.
Con más de 114.000 casos confirmados y 5.700 decesos por el virus SARS-Cov-2, América Latina se prepara para enfrentar la pandemia del coronavirus, en un contexto de nulo crecimiento económico en la región y pronósticos negativos.
La semana pasada, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó en un informe que la economía de la región podría contraerse hasta 5,2 por ciento, mientras que la CEPAL prevé que el desplome sea de 5,3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), lo que deja a casi 29 millones de personas en riesgo de pobreza.
A este desalentador panorama, se le sumó el desplome de los futuros para entregar en mayo del WTI, que se situaron por debajo de los 0 dólares por barril el lunes, y la caída del precio de petróleo Brent, que este 21 de abril perdió un 28,04 por ciento de su valor y su precio se situó en 18,4 dólares. Si bien el brusco desplome de esta semana cimbró las economías de los países petroleros de América Latina, la debacle sostenida de las cotizaciones ya había arrastrado algunas iniciativas y ahora ponen en jaque los planes de inversión este año.