Según las nuevas normas emitidas por el vaticano, las cenizas de los católicos que desean ser cremados no podrán ser esparcidas, divididas ni conservadas en la casa,  sino que deben ser guardadas en un lugar aprobado por la Iglesia.

Las instrucciones fueron divulgadas días antes del Día de Difuntos, que se celebra el 2 de noviembre, en el cual los fieles recuerdan a sus muertos y oran por ellos.

Durante la mayor parte de su historia, la Iglesia católica solo permitió el entierro con el argumento de que expresaba mejor la esperanza en la resurrección. Pero en 1963, el Vaticano autorizó explícitamente la cremación siempre que no implicara una negación de la fe en la resurrección.

El nuevo documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe insiste en que es preferible el entierro y califican la cremación como un acto de «destrucción brutal del cuerpo”.

 Pero  muchos católicos prefieren la cremación por razones económicas, ecológicas o de otro tipo.

Tal prohibición manifestaron es para contrarrestar «ideas nuevas contrarias a la fe de la iglesia» que surgieron desde 1963, como las del New Age de que la muerte es una «fusión» con la Madre Naturaleza y el universo o una «liberación definitiva» de las ataduras del cuerpo.

El Vaticano expresó que las cenizas y fragmentos óseos no se pueden conservar en casa porque con ello se priva a la comunidad católica de recordar al difunto. Por eso las autoridades eclesiásticas deben escoger un terreno consagrado, como un cementerio o iglesia, para recibirlas.

En casos extraordinarios un obispo puede permitir que se conserven las cenizas en la casa, dice el documento. Funcionarios vaticanos no aclararon cuáles serían esas circunstancias, que presumiblemente serían propias de países donde los católicos son una minoría perseguida, o donde sus iglesias y cementerios sufren ataques de vándalos.

El escrito dice que las cenizas no se pueden repartir entre familiares, conservar en relicarios, ni dispersar en el aire, la tierra o el agua porque ello crea la apariencia de «panteísmo, naturalismo o nihilismo», dicen las normas.

Reitera la doctrina de que a los católicos que optan por la cremación por razones contrarias a la fe se les debe negar la sepultura cristiana.

Las nuevas instrucciones están fechadas el 15 de agosto y dicen que el papa Francisco las aprobó el 18 de marzo.

El autor de dicho documento, es el cardenal Gerhard Mueller, donde dice que si el papa había expresado reservas sobre el texto, en particular la negativa a permitir que los familiares conserven las cenizas en casa.

«El cuerpo muerto no es propiedad privada de los parientes, es más bien un hijo de Dios que forma parte del pueblo de Dios», dijo Mueller en conferencia de prensa. «Tenemos que superar este pensamiento individualista».

Aunque las instrucciones hacen hincapié en que los restos no deben ser esparcidos, funcionarios del Vaticano dijeron que no se prevé recoger los restos de santos que están dispersos por iglesias alrededor del mundo. La práctica de dividir los restos para su veneración, una mano aquí, un hueso del muslo allá, eso  estuvo de moda hace siglos, pero ya no.

Por Ericka

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