El 25 de enero de cada año mediante Decreto Legislativo número 29, dio origen a la celebración del Día de la Mujer en Honduras, fecha propicia para elogiar y evidenciar la gran labor que realizan en la lucha por el bienestar de su familia.

Este día se recuerda la primera conquista política de las mujeres que data del año 1955 donde se reconoció durante el gobierno de Julio Lozano Díaz, el derecho a que la mujer pudiese ejercer el sufragio,

Fue una lucha histórica cuyo logro principal fue el reconocimiento de sus derechos políticos, permitiendo que las mujeres pasaran de tener funciones específicamente domesticas para involucrarse en el campo político.

Es importante señalar que la historia también nos arroja otra visión de los hechos como el reconocimiento de las raíces de esta conmemoración en la lucha de las mujeres de todo el mundo a partir del siglo XVIII, en el contexto de la Revolución Francesa y más tarde, en los nuevos escenarios históricos, como el de la Revolución Industrial.

Historiadoras feministas hondureña han documentado y relacionado otros sucesos en los orígenes de esta conmemoración; Después de la independencia, entre 1825 y 1955, durante 130 años, las mujeres estuvieron marginadas del derecho al sufragio por razones de sexo, estado civil, grado de escolaridad y posesión de bienes materiales.

Los comienzos de esta celebración se articulan con una serie de actividades reivindicativas de éste derecho político. En el seno del Congreso se presentaron diversas iniciativas de Ley, para mencionar las más sobresalientes: en 1894, 1924, 1934 y entre 1948 y 1955. Finalmente, el sufragio femenino fue otorgado en 1955 y el sufragio universal en 1957.

Hacia 1894 se instala una Asamblea Constituyente, con el fin de legitimar el gobierno de Policarpo Bonilla, que había tomado el poder por la fuerza de las armas. Para esa época el diputado por Olancho Francisco Argueta Vargas mocionó que el artículo 24 del texto Constitucional fuese complementado con una corta frase “El sufragio se hace extensivo a la mujer”, argumentando que éste sería un acto de justicia por su participación en la guerra civil que los llevó al poder. Aun así, de los cuarenta diputados que conformaban el Congreso, 37 votaron en contra.

En 1924, durante el gobierno del liberal Vicente Tosta Carrasco, el diputado Manuel Guillermo Zúñiga mocionó para que se reconociera el derecho femenino a participar en los procesos de elección de los gobernantes. La mayoría de los asambleístas rechazó, nuevamente, la propuesta de Zúñiga.

A inicios del gobierno del Doctor Tiburcio Carías Andino, el diputado Mariano Bertrand Anduray introdujo en el Congreso la moción para que se otorgara a las mujeres hondureñas los mismos derechos políticos que se habían conferido a los hombres. Para la campaña de Carías Andino, las mujeres se habían organizado en clubes de apoyo al partido nacional. En esa ocasión también fue rechazada la moción.

A partir de 1945, con el fin de la Segunda Guerra Mundial y la subsiguiente ola democratizadora, las mujeres toman la iniciativa en la lucha por la libertad en distintos ámbitos de la sociedad hondureña. Vale la pena mencionar algunos de sus nombres: Visitación Padilla, Graciela Bográn, Enma Bonilla, Argentina Díaz Lozano, Olimpia Varela y Varela, Lucila Gamero de Medina, Paca Navas de Miralda, Cristina Hernández, María Trinidad del Cid y Doña Carlota de Valladares.

 

 

Por Ericka

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