Pablo Montero interpuso nueve demandas contra la madre de sus hijas
Pablo Montero sigue inmiscuido en tremendo lío legal con su exesposa Carolina Van Wielink, luego de que en 2018 la pareja decidió poner fin a su matrimonio, en el cual procrearon a dos hijas, Carolina y Daniela, por quienes ahora siguen en conflicto.
El intérprete y su ex fueron citados este jueves a una audiencia para tratar diversos temas, pero Pablo nunca apareció, desatando la molestia de la madre de sus hijas menores.
“Pablo no se presentó, pero bueno, ahora sí que es un paso más y hay que esperar a ver qué pasa con la audiencia. Vino una licenciada de parte de él y dijo que se sentía mal, y no se presentó. Ahora sí que desconozco”, explicó a su salida del juzgado en entrevista para el programa Ventaneando.
Sobre el motivo de la cita con las autoridades, Carolina detalló: “Demandas que él me ha metido para quitarme a las niñas, que soy una alcohólica, tontería y media. Híjole, es que estuvo muy largo, pero más que nada fue lo de la custodia, él está peleando la custodia de las niñas, se quiere quedar con la custodia de las niñas”.
De la misma manera, Van Wielink asegura que las diferencias con Montero se hicieron más fuertes a raíz de que ella se dio una nueva oportunidad en el amor. “Desde que empecé una relación, ya llevo más de dos años con esta relación, me ha demandado una, me ha demandado otra, la casa, el comedor, o sea, es tontería y media, y ahora quiere quitarme a las niñas. Siempre hay algo”.
Al respecto de los procesos que Pablo entabló en su contra, Caro comentó: “De parte de él, ¡híjole!, como nueve, yo hacia él tres. Realmente lo mío es lo de los horarios, que se ponga al corriente con lo que debe de la manutención, los alimentos, todo eso, y el otro es agresión, que no se meta a mi casa, que no esté agrediéndome, eso es. Lo mío es eso, y lo de él si son como 9”.
Para finalizar, la ex de Pablo Montero confesó el motivo de su enojo con el intérprete. “Realmente mi molestia con él es que él puede ver a las niñas, puede convivir con las niñas, que conviva con las niñas, pero hay un límite, tiene sus días estipulados, horarios, días, tal cual, pero el problema es que él llega a la hora que quiere, como quiere, 9 de la noche, 6 de la mañana, o sea, a la hora que él se le hincha su gana […] entonces no, hay límites […] pero bueno, estamos enojados”.
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