Tegucigalpa: Este 25 de enero se celebra el día de la mujer hondureña, recordando que un día como este hace 62 años las féminas obtuvieron el derecho al sufragio, después de una lucha constante de valientes damas de aquella época.
No obstante no se puede obviar que después de esa conquista en el año 1955, las mujeres organizadas proclaman aun por sus derechos, como el ser igualitarias en los puestos de elección popular que aún están ocupados por mayoría de hombres.
De igual manera, salarios más altos ya que en la sociedad machista de Honduras alguna empresas le pagan más a algunos varones, aunque no demuestren más capacidad y liderazgo que sus colegas.
Para el caso, un informe sobre desarrollo humano divulgado en 2014 arroja que el nivel alcanzado por muchas mujeres en Honduras es más alto que el de los hombres, pero eso no siempre conlleva a que tenga un mejor puesto o salario ya sea en entidades públicas o privadas.
Otro grave problema es la alta tasa de femicidios por diferentes causas, ya sea que la mujer se involucre en asuntos ilegales o no, evidencia que las féminas siguen siendo tratadas como de segunda categoría por una sociedad determinada por hombres.
Asimismo en un informe denominado Violencia Contra las Mujeres en América Latina y El Caribe, revela que Honduras se encuentra entre los 12 países, donde más se violentan los derechos de las féminas.
En el documento aparece en primero lugar de violencia de género Bolivia seguido por Colombia, Republica Dominicana, Ecuador El Salvador, Guatemala Honduras Jamaica, Nicaragua Paraguay y Perú.
Esta situación se ve más evidenciada en las áreas rurales, donde el hombre decide la vida sexual y reproductiva de la mujer, sin que ella tenga vos y voto al respecto.
Lo cierto es que hoy en día falta compromiso tanto de los Gobiernos como de las mismas mujeres para ser respetadas y tratadas de forma igualitaria, ya que lejos de avanzar se minimiza sobre todo en los países latinoamericanos donde hasta la industria musical trata a las mujeres como objetos sexuales.
Muchas hasta consideran que la equidad de género implica fumar, beber, e imitar malos hábitos, que lejos de darles liderazgo las rebaja igual o peor que antes de las conquistas que actualmente se han superado.