Pocas horas después de haber enterrado a su gato en un parque cercano de su casa en Beijing, Huang Yu, un empresario de 22 años recordó un artículo sobre clonación de perros e inmediatamente recuperó el cuerpo de su mascota y lo guardó en el refrigerador.

Se comunicó con Sinogene Biotechnology Company, una empresa comercial que desde 2018 había comenzado a experimentar en la clonación, pagó 35 mil dólares y al cabo de siete meses, el 21 de julio de 2019, nació Garlic II, de la raza británica y pelo corto al que los medios oficiales de China llamaron “el primer gato clonado del país”.

El procedimiento
Clonar animales no es nuevo, pero sigue siendo complicado y éticamente controvertido. El primer gato de Huang Yu murió en enero a los 2 años de edad, a causa de una infección en las vías urinarias.
Para clonarlo, los científicos implantaron células de su piel en óvulos de diversas gatas. “Después de un choque eléctrico o químico, se transfirieron cuarenta embriones clonados a cuatro gatas que funcionaron como vientres subrogados. Eso dio como resultado tres embarazos, dos de los cuales no se lograron”, explicó Chen Benchi, director del equipo de experimentos médicos de Sinogene, a The New York Times.

A pesar de que Garlic está sano y tiene las mismas expectativas de vida que un gato normal, Yu se sintió decepcionado al observar que a su nueva mascota le faltaba una mancha negra en la barbilla que tenía su mascota original.

Sinogene explica que los clones pueden tener ligeras diferencias en el pelaje o el color de los ojos, incluso, Lai Liangxue, científico de la compañía e investigador de la Academia de Ciencias de China describió a The Sun que aun cuando un clon se parezca a su donante genético, puede tener un temperamento o personalidad completamente diferente.

Aunque en otras partes del mundo como Corea del Sur, Estados Unidos o Gran Bretaña, el negocio de la clonación de perros y gatos no ha tenido mucho éxito, expertos pronostican que la obsesión china con las mascotas reflejará un resultado diferente.

El país con más habitantes del mundo actualmente tiene 55 millones de perros y 44 millones de gatos como mascotas, según la consultora Gouminwang.

Desde 2015, la empresa Sinogene ha clonado a más de 40 perros (schnauzers, pomeranos y malteses), a un costo de 53 mil dólares cada uno, ya sea para dueños que querían de vuelta a sus mascotas o con fines de investigación médica. La diferencia en el precio se debe a que el período de recolección de óvulos es muy breve en las felinas, por lo que clonar perros termina siendo más complicado que clonar gatos.

Mi Jidong también contó que la compañía está clonando un caballo y reveló que la meta importante es clonar animales en peligro de extinción, como los osos panda o los tigres del sur de China.
Por otro lado, según The Sun los científicos incluso tienen planes de hacer que el animal clonado comparta los mismos recuerdos que el original, con lo cual un gato o perro recién clonado podría “recordar” quién es su dueño.

La ética, en el centro del debate
El nacimiento de Garlic divide a quienes tienen esperanza de plasmar a su mascota para siempre y a los que consideran que el negocio de la clonación es una estafa y una violación de los derechos de los animales.

En China las regulaciones sobre los animales son escasas. No tiene leyes contra el maltrato animal y está permitido someterlos a pruebas de cosméticos o medicamentos.

«La clonación es una estafa cruel que no crea una copia fiel del animal que amabas, sino un animal que solo tiene las características físicas del original, no su personalidad única», opinó Gilly Stoddart, directora de ciencias de Peta, a The Sun. «Los experimentos de clonación han dañado y matado a innumerables animales para replicar los rasgos y la esencia de un ser vivo que no puede ser reproducido”, agregó.

A pesar de la controversia, el director ejecutivo de Sinogene, Mi Jidong, confirmó que más de cien personas ya almacenaron muestras de ADN de sus mascotas para poder reproducirlas algún día.

Por Ericka

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