Honduras recibió este martes en horas de la noche los féretros de seis migrantes hondureños fallecidos en el incendio de un centro de detención en Ciudad Juárez, en el norte de México, que provocó 40 víctimas fatales.

Tres de las seis víctimas eran del departamento de Santa Bárbara, en el oeste del país, y otras tres de los departamentos de Choluteca y Olancho, sur y este de Honduras, según información por parte de autoridades.

De los 14 hondureños que estaban en la estación migratoria, 6 fallecieron, 5 se encuentran hospitalizados y otros 3 ya fueron dados de alta, precisó García.

Los restos en Honduras fueron entregados por autoridades de la cancillería a familiares, después de recibirlos en la sede de la Fuerza Aérea Hondureña en el aeropuerto Palmerola, unos 54 km al norte de Tegucigalpa.

«El gobierno de la República ha solicitado al gobierno de México que se haga una exhaustiva investigación de los hechos ocurridos y condene a los autores del crimen», dijo un comunicado de la cancillería hondureña.

El vicecanciller hondureño, Antonio García, informó que los cuerpos serían trasladados la misma noche a diferentes lugares del país de donde eran originarios.

Los restos fueron transportados desde México en un avión de la Fuerza Aérea Mexicana, que antes aterrizó en Guatemala, donde fueron entregados los cuerpos de 17 de los 19 guatemaltecos que perecieron en el mismo incendio.

«A nombre de México, lamentamos profundamente lo sucedido en esta tragedia. Estamos trabajando para que esto nunca vuelva a pasar», dijo Laura Carrillo, directora de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional, después de que un avión militar aterrizó con los cuerpos en la pista que comparte el Ejército y el aeropuerto internacional guatemalteco La Aurora.

Durante la ceremonia, funcionarios de la cancillería local se apostaron por unos minutos a un costado de los ataúdes con las fotografías de los migrantes fallecidos que luego fueron trasladados en carrozas fúnebres a sus comunidades, donde serán velados y sepultados, la mayoría en regiones indígenas del oeste de Guatemala.

También en la noche del martes, la fiscalía general mexicana informó que dos directivos del Instituto Nacional de Migración (INM) están bajo investigación penal por «omisiones» en el caso.

«Se ha procedido penalmente en contra de los directivos del INM, Francisco ‘N’ y Antonio ‘N’, quienes incurrieron en presuntas conductas delictivas al incumplir con sus obligaciones de vigilar, proteger y dar seguridad a las personas e instalaciones a su cargo», señaló la fiscalía en un comunicado.

Según las autoridades mexicanas, el incendio se originó cuando un migrante encendió un colchón en la celda donde permanecía junto con otros 67 hombres, en medio de una protesta por una posible deportación.

Imágenes de una cámara de seguridad mostraron que una vez desatado el incendio, ni el personal de migración ni el de seguridad hicieron algo por evacuar a los migrantes.

Bajo cargos de homicidio, autoridades mexicanas confirmaron la captura del migrante señalado de provocar el incendio, quien fue detenido junto a otras cuatro personas: tres funcionarios del INM y un vigilante privado.

El sexto sospechoso es otro guardia privado, que permanece prófugo. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha garantizado que el caso no quedará en la «impunidad».

Por Ericka

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