Tegucigalpa, Honduras: El ser humano posee un campo de fuerza alrededor del cuerpo y se puede percibir, según un estudio científico del Instituto Karolinska de Estocolmo.

Un espacio personal que es el que guía las manos cuando se estiran los brazos y cuando las personas se agachan, o cuando un cuerpo se precipita hacia ellas, lo que según el estudio hace a la persona consiente del mundo que lo rodea.

Los investigadores realizaron el experimento por medio de la conocida ilusión de la mano de goma  que ya es clásico. En esa version anterior  del famoso experimento a los participantes se les muestra una mano de goma mientras su otra mano está fuera del campo de visión tras la pantalla.

En este nuevo estudio después de unos minutos de recibir caricias simultáneamente tanto en la mano real como en la de goma, el cerebro del participante empieza a creer que la mano falsa le pertenece. Aquí está la prueba.

En el estudio paraticiparon 101 adultos, los científicos repitieron esta prueba, pero esta vez daban pinceladas al aire en vez de acariciar la mano de goma con el pincel.

Igual que en el experimento clásico. Llega un punto en el que los participantes empiezan a creer que la mano de goma es parte de su cuerpo. Lo curioso es que en esta versión también empezaban a percibir una especie de «campo de fuerza» entre el pincel y la mano de goma.

Según la investigación, la sensación se extiende hasta casi unos 40 centímetros alrededor de la mano de goma, lo que indica el tamaño de lo que los científicos llaman «espacio peripersonal».

Las primeras pruebas neurocientíficas sobre este  fenómeno aparecieron a finales de los noventa en estudios con animales.

Michael Graziano, de la Universidad de Princeton, registró la actividad eléctrica de las neuronas del lóbulo frontal y parietal en cerebros de monos. Se dio cuenta de que algunas neuronas no solo brillaban cuando los monos establecían contacto físico con un objeto, sino también cuando se aproximaban a él.

Graziano continuó con sus experimentos a principios de siglo, y descubrió que la estimulación eléctrica de ciertas neuronas inducía a un comportamiento coordinado parecido a agacharse o a cerrar el paso.

 

Por Elizabeth

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